En estos momentos en los que la economía parece que empieza a dar signos de estabilidad, que el mercado inmobiliario así lo entiende, que los bancos empiezan a apoyar a pequeños ahorradores, los promotores y constructores, después de un largo impasse, empiezan discretamente a mover ficha. Y además, Donostia está de moda.
No son pocos los que han fijado su mirada en esta bonita ciudad. Los edificios emblemáticos del centro de Donostia, con su solera y encanto, empiezan a rehabilitarse, se inicia su reconstrucción interior creando nuevas viviendas y apartamentos adaptados a la demanda, con las exigencias, comodidad y diseño propios de nuestra época, aplicando nuevas tecnologías para generar energía respetando el medio ambiente y sin dejar de disfrutar de un confortable hábitat.
Si a este pequeño repunte añadimos que se está comprobando que los productos inmobiliarios ofrecen más rentabilidad que muchos productos financieros, empieza a haber inversores que se platean, bien buscar el modo de obtener rentabilidad de su propiedad o bien comprar como inversión.
Hemos visto cómo los pequeños y medianos ahorradores se están animando a comprar vivienda, buscando precisamente una rentabilidad que no encuentran en otros mercados. Entramos en una nueva era: los promotores y constructores se empiezan a animar. La demanda comienza a activarse. Los precios siguen estables, incluso aceptándose ofertas a la baja. ¿Nos indica esto que es el momento de la compra?. Os dejo esta reflexión y os invito a que la meditéis.